UN MUNDO FELIZ

3 04 2007

            Con ese título se publicó en 1932 una conocida novela cuya trama relata  que en la tierra, a base de tecnología genética, se construyen grupos humanos dedicados a labores determinadas. Se les llaman Alfas, Betas, Gammas, Deltas y Epsilones. Todos son felices pues, al ser programados, desde que nacen saben su misión. Los Alfa dirigen y los otros hacen las labores para las que han sido designados. Los Betas hacen trabajos especializados y así, bajando en la escala de clasificaciones, los Epsilones tienen los trabajos más difíciles y sucios. Pero ninguno piensa en pasar de un nivel a otro y cada quién es feliz en su actividad. La novela fue una dura crítica a una sociedad emocionada con los nuevos descubrimientos científicos y del peligro real de convertir el mundo, por obra de dirigentes mesiánicos, en una población de humanos sin albedrío.  

            La Venezuela que pretenden construir este grupo de  dirigentes disfrazados de cosa buena, se parece mucho a la utopía de la novela. Según ellos se debe reconstruir todo. El socialismo que debemos crear (sic) es la nueva Patria. Seremos felices y llenos de amor y desprendimiento. “Yo como su presidente (Alfa) les digo el camino a medida que alguien me lo aclara y ustedes me obedecen .Todos estaremos tranquilos y felices. El que no lo haga, hay que sacarlo del juego. Solo los patriotas revolucionarios quedaremos (Betas) y yo seré su guía para siempre. Vamos a tener un partido único, un color único, un escudo nuevo, una televisión única, un poder único  (por cierto que tontería eso del poder judicial y el legislativo autónomos), un líder único y  todos felices. Y a esos molestos opositores (Deltas)  habrá que enseñarles cuan equivocados están. Si no comprenden el mundo feliz que estamos construyendo deberán irse a otro sitio”. 

            Lo que no entienden Chávez y sus asesores es que su aparente aceptación popular está en relación directa con los dineros que, como dice una canción, el hado les deparó. Muchos ciudadanos están felices porque este régimen les da dinero o su equivalente, pero corran duro el día que no sea así.            La Venezuela digna se resiste frente a estos tipos que a juro nos quieren imponer su visión del mundo feliz y convertirnos a todos en fanatizados idiotas moviendo banderitas.

            Los venezolanos no seremos así nunca, aunque, por ahora, tengamos que soportar este maloliente ventarrón.

            Lo único que si está claro, es que en muy poco tiempo, el régimen va a hacer agua y a hundirse en sus propios tumores porque es un pésimo administrador y el País entra en un episodio de terribles problemas en su economía.

            Al final del cuento (será esa la señal), estos dirigentes al verse perdidos en su fracaso, culparán a los gringos, a los golpistas, a los opositores, a Batman, Superman y a los Obispos y no reconocerán su enorme ineptitud para el manejo serio de una Nación. 

            Vamos a prepararnos. Este régimen está cada día peor. Cuando termine tendremos un trabajo muy grande para construir la Venezuela sin Alfas ni Betas, ni tonterías parecidas. Solo necesitamos mucha gente alegre y honesta para tener el mejor País del Mundo. Y mira como  hay.


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