LA NUEVA GESTA DE INDEPENDENCIA

3 04 2007

            Cuentan que Leonardo da Vinci y Miguel Angel desarrollaron, como se dice en Venezuela, “un pique” sobre la importancia relativa de la pintura y la escultura. Leonardo era partidario de la pintura  y el claroscuro y , Miguel Angel, era un fan de la escultura. Los roces crecieron. Decía Leonardo  ” La pintura y la escultura  tienen en diferencia que el escultor realiza su obra con gran fatiga , mientras lo que el pintor infunde a su obra es el esfuerzo mental.” Y Miguel Angel, decía “ La escultura es la guía de la pintura,  como lo es el sol a la luna”. Nadie sabe como terminó el asunto pero cualquiera que hubiese ganado para nada habría cambiado la genialidad de estos dos gigantes inmortales del arte. 

            Cuando los objetivos finales son los mismos y tácitamente compartidos, este tipo de “peleas” son nutritivas y hasta agradables. Son las mismas diferencias entre los fanáticos de los Leones del Caracas y los Navegantes del Magallanes. Son las mismas que surgen en las competencias entre los liceos y las discusiones sobre las mejores hallacas. En política también existen las diferencias entre los partidos y organizaciones y esto es bueno, siempre que en lo fundamental se esté de acuerdo.  Durante décadas los principales partidos políticos venezolanos, se enfrentaron por conquistar el poder a conciencia de que, en lo fundamental, ganase quien fuese, habría continuidad.

            La situación actual del poder y de la política  en Venezuela es diferente. Un enorme riesgo de cambio fundamental está planteado en la gestión de Chávez Frías. Aquí no se trata de que tuviéramos un gobierno pirata y lo cambiamos por el de Hugo y luego a Hugo lo cambiamos si no lo hace bien. Nada de eso, Hugo ganó unas elecciones y bajo su manga tenía un proyecto distinto al democrático. Muchas circunstancias le llevaron a simpatizar con la utopía comunista. Fue rodeado por izquierdosos que le hicieron creer a punta de halagos que él, un oscuro Teniente Coronel, había sido elegido por la providencia para conducir a este pueblo al mundo de la felicidad que inventó Karl Marx. Ese es el problema y muy serio. No se trata de continuar en un régimen conocido, ni siquiera se trata de una dictadura de corte nacionalista como las muchas que hemos tenido, se trata de un cambio total, un viaje a un lugar al que nunca en nuestra historia, ni de asomo, hemos visto y menos hemos vivido. Lo triste es que ese sitio a donde Chávez y su cuerda de atorrantes nos quieren llevar, es lo contrario al mundo civilizado y se trata de una aberración en lo económico y además un atentado contra las libertades más elementales, como la de expresión, tránsito y agrupación. Cuba y Norcorea son ejemplos de ese futuro. Adicionalmente, el astuto plan de estos traidores de hacer las cosas “poco a poco”  le dificulta a muchos ver la realidad, pero esa es.        

            Venezuela está frente a una locura. Estamos frente a algo inaceptable. Tan grave es, tan definitivo, que no es temerario compararlo con las tormentas que hicieron a un grupo de mantuanos alzarse contra España en una gesta de Independencia. Hoy vuelve a plantearse lo mismo. Este pueblo no acepta una dominación comunista. No aceptamos la ingerencia cubana y es la hora de enfrentar sin ninguna reserva a los invasores.  España se reprodujo al espejo en sus Colonias y aún así le llegó la hora de irse a casa frente a los deseos de libertad. Por el contrario, Chávez solo ha entregado miseria y discordia a los venezolanos por lo que con mayor razón se debe ir. Hoy vuelve la gesta de la independencia. Ya se han librado unas cuantas batallas y sin fusiles, ni uniformes, ni  caballos blancos. Esta gesta es la de gente libertaria que no se cala a un tirano y mucho menos a esta pobre imitación de un Fidel Castro que llevó a su Patria a la mayor pérdida de libertades que se pueda recordar.                 

            En su primera misión importante, resguardar a Puerto Cabello, a Bolívar se le escaparon los presos, perdió el puerto, debió huirle con premura a Monteverde y hasta produjo la caída de la República. A pesar de su  doloroso y gran fracaso, siguió en la lucha. También, en nuestra gesta ,hemos luchado mucho y hemos perdido . Pero nada de ver para atrás. Los obstáculos son solo esas cosas horribles que aparecen cuando le quitamos la vista al objetivo final. Nosotros vamos a ganar. Nosotros somos los patriotas. Venezuela y la democracia lo piden, nuestros hijos lo necesitan y nuestra conciencia lo exige. Va a llegar el día de la libertad y pronto.


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